El Dakar da para todo: participa hasta un vehículo con forma del emblemático Rastrojero


El particular Rastrojero
Al Rastrojero amarillo que corre por las montañas argentinas y bolivianas con el número 345 lo conduce el cordobés José Antonio Blangino. Todavía conmovido por la recepción bajo la lluvia de La Paz, el excéntrico comerciante habló con su papá, Juan, y su familia por primera vez desde que comenzó la travesía.
El emblemático Rastrojero, símbolo de lo que supo ser la industria nacional entre los años 1952 y 1979, llegó a este Dakar como consecuencia de la idea de un grupo de amigos que ayudaron a este piloto nacido en Monte Cristo hace 46 años a que cumpliera su sexta prueba de aventura desde 2011."Queríamos hacer algo bien argentino y que fuera cordobés, si bien tiene un 40% del Rastrojero real: los papeles, la carrocería y la forma. Pero las Duster, los Peugeot, los Mini y los Toyota tampoco tienen nada de los originales... Mantienen sólo el caparazón; el organismo por dentro es totalmente distinto", enfatiza ante la nacion Blangino, mientras termina un fernet y una cerveza "para distender la jornada".
El coche de los Blangino se mueve gracias a un motor Chevrolet V8. Cabe recordar que la versión original del Rastrojero Diesel, diseñada por los ingenieros argentinos Raúl Gómez y Félix Sanguinetti, fue fabricada por IAME (Industrias Aeronáuticas y Mecánicas del Estado, luego "Dinfia") en Córdoba entre 1952 y 1969. La producción fue de casi 30 mil vehículos, y los vehículos no superaban los 105 km/h de velocidad máxima, con su motor diesel Borgward de 42 caballos de fuerza. En los años sesentas Juan Manuel Fangio los vendía en su concesionaria.
"Mi familia tuvo uno... ¿Quién no tuvo un Rastrojero? Éste es mi séptimo Dakar; comencé en cuatriciclos. Y para éste empezamos hace ocho meses a armar el auto, modelo '66, de manera artesanal, con la fibra de vidrio y las matrices. Cuando lo probamos llegó a 215 kilómetros por hora", relata con emoción.
Y no le va mal al Rastrojero de Blangino: el prototipo se ubica 38º tras la mitad inicial de la competencia. "Cuando llego siempre digo «una etapa menos», porque así hay que pensar la prueba. Fijate en lo que pasó con Al Attiyah, Sainz y Spataro. Nosotros llegamos sanitos a La Paz y luego de esta carrera el auto tiene que quedar enterito, porque hay que hacerle algunas cositas para que corra en 2018", sostiene, y larga una carcajada.
"Esto es un Dakar y ahí está mi hotel", afirma Blangino, señalando un motorhome donde duermen él y sus tres acompañantes. "Además, nosotros respetamos lo que pidió la organización y desde hace tres días no nos bañamos ni lavamos el Rastrojerito, para colaborar con el ahorro de agua. Ahora lo sacamos para que lo lave la lluvia, y después vamos nosotros con un jabón", comenta risueño el cordobés, con una remera que dice "Rastro Team".

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